Max Léglise fue un enólogo francés considerado como uno de los iniciadores del análisis sensorial en la degustación del vino. Fue uno de los principales maestros en la escuela de agrobiología de Beaujeu (Beaujolais). Nació el 6 de julio de 1924 en Dijon. Después de estudiar medicina, participó en la guerra de Indochina como médico militar. A su regreso, en ese mismo año se casó, pero su esposa le puso una condición, que dejara el ejército, así que Max estudió enología y en 1948, entró en la Estación enológica de Borgoña, donde desarrolló la mayor parte de su carrera y que dirigió de 1962 a 1984. Escribió diversos libros dando un nuevo enfoque a la enología. Apartándose de las técnicas tradicionales entonces al uso y desarrollando y aplicando nuevos métodos biológicos a la vinificación, explicados en su libro Curso práctico de enología en la estación de Beaune. Asesoró a viticultores de otros paises, en Suiza, Chianti, Brasil, España…
Estaba en contra de una enología intensiva, industrial y excesiva, interesándose en la biodinámica, explicados en su libro Los métodos biológicos aplicados a la vinificación y enología. En el, descarta «la parte inútil de la farmacopea autorizada en enología», quedándose solo con aquellas prácticas que «garantizan al vino su integridad y su pureza». Una de sus metas era reducir el uso de sulfitos al mínimo necesario, dando prioridad al «aprovechamiento de los parámetros naturales del medio con una precisión que nunca antes se había conocido».
Léglise fue también un fino observador de la historia del vino, extrayendo referencias tan lejanas como la antigüedad griega y egipcia, con el fin de tener una visión global y más concreta del vino. Léglise resume los factores que constituyen el suelo y el clima en el contexto de los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. El fuego es el Sol, que favorece la maduración de las uvas y el metabolismo vegetal. El agua puede provenir del cielo o de reservas hídricas de la tierra, Léglise no apuesta por el riego. También considera el agua en su aspecto de niebla que también afecta de manera diferente a la viña. El agua es también un factor indispensable en la respiración vegetal. La tierra, el terroir, matriz donde la viña enraiza, aporta la nutrición adecuada a cada tipo de viña. El aire, finalmente, aporta los gases de la respiración celular que permite la magia química de la fotosíntesis, transformando lo inorgánico en orgánico.
Fue el iniciador del arte de la cata y de la sensualidad del vino en los sentidos. Max Léglise murió el 1 de julio de 1996. Los viticultores redescubren hoy sus enseñanzas referentes al vino biológico, un tema hoy en plena actualidad.